MICTLAN
El Mictlán era la última morada de quienes no
morían en batalla, parto, sacrificados o por agua, era el lugar de los
muertosEn lugar de los muertos comunes, aquellos que no morían en sacrificios o
guerra, llegaban a Mictlán: el noveno piso del inframundo. En la memoria
colectiva se tiene la creencia en fenómenos inexplicables asociados a la
naturaleza o que no tienen una explicación lógica; así surgen las leyendas y
los mitos; del arraigo de estas creencias surgen los ritos, que se convierten
en tradiciones y que, posteriormente, pasan de generación en generación.En las
culturas prehispánicas la muerte era abrazada con respeto y sin temor. Ésta se
encontraba en su cosmogonía, filosofía, mitos y festividades. Su cultura y
conocimiento giraba alrededor de la dualidad vida-muerte. Para ellos todo tenía
su contraparte como un principio fundamental.Se cree que la visión de dualidad
inició con los períodos de lluvias y sequías. Con el agua todo florecía,
mientras que sin ella todo se secaba. Los ciclos naturales les enseñaron que
tras la sequía regresaba un período de florecimiento y este movimiento continuo
explicaba, a su vez, la existencia de las noches y los días, de la vida y la
muerte. Por esta razón, para que un habitante pudiera renacer a un lugar de
completa armonía, debía morir y con esto librar una serie de obstáculos para
ser digno del cielo.
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